Desde el año 2016, la fiesta de la Trashumancia se ha convertido en un evento emblemático que marca el inicio de la primavera en la localidad. Durante el mes de abril, Belalcázar se viste de celebración para honrar y poner en valor el ancestral oficio de los ganaderos locales. La fiesta es mucho más que una simple conmemoración; es un tributo vibrante a la historia, la cultura y las tradiciones arraigadas en la región.

Las calles adoquinadas se llenan de vida y color con exposiciones que muestran la destreza y el conocimiento transmitido de generación en generación por los ganaderos. Visitantes y lugareños tienen la oportunidad de sumergirse en el mundo del pastoreo y la trashumancia, descubriendo los secretos de este modo de vida que ha moldeado el paisaje y la identidad del lugar.

Los sentidos se despiertan con las degustaciones gastronómicas, donde los sabores auténticos de la región se fusionan con la historia y la tradición. Los platos típicos elaborados con productos locales son una deliciosa muestra de la riqueza culinaria que caracteriza a Belalcázar.

Uno de los momentos más esperados es el desfile de ovejas por las calles del pueblo. Es un espectáculo único que transporta a los espectadores a tiempos pasados, cuando el rebaño en movimiento era una escena común en la vida cotidiana de la región. El tintineo de los cencerros y el murmullo de los animales añaden un encanto especial a la atmósfera festiva.

La fiesta de la Trashumancia no solo es una oportunidad para celebrar el patrimonio ganadero y cultural de Belalcázar, sino también para reflexionar sobre la importancia de preservar y promover estas tradiciones ancestrales. Es un vínculo tangible entre el pasado y el presente, una ocasión para honrar el legado de quienes, con su trabajo y dedicación, han moldeado la tierra y la comunidad a lo largo de los siglos.