La Fuente del Pilar, un testimonio histórico construido en 1570 durante el reinado de Felipe II, despierta la imaginación al remontarnos a una época en la que el suministro de agua era fundamental para el desarrollo y la vida cotidiana de las personas y sus animales. Esta fuente no solo cumplía la función de abastecer de agua potable a los transeúntes, sino que también era un punto de encuentro y descanso en el camino. El sendero que se extiende desde esta fuente hasta el castillo, trazado en el siglo XV, se ha adaptado con el tiempo para permitir un acceso más cómodo a este notable monumento histórico. Es un recordatorio tangible de cómo la infraestructura y las comodidades han evolucionado a lo largo de los siglos, manteniendo siempre la importancia de preservar y valorar nuestro patrimonio cultural.